martes, 10 de julio de 2012

Un fracaso de verano


Me encantan estas estrategias de distracción que usan los políticos para hacernos mirar a otro lado cuando la situación es, más que crítica, catastrófica. Mientras la prima bordea el 600 (recordemos: 500 era la frontera para el rescate, ¿dónde estamos ahora, entonces?) y los alemanes, holandeses y finlandeses ponen condiciones y restricciones vamos a hablar de algo de lo que todos pueden opinar y que a muchos puede cabrear.
Esta estrategia (abundantemente usada por el excelente equipo de propaganda del PSOE) parece que no le es ajena al gobierno del PP. Para evitar hablar de la debacle social, financiera e institucional que se avecina, vamos a tocar las vacaciones escolares. Por tocarle las narices a niños, padres y esos nuevos proscritos que son los profesores.
Porque, de repente, el profesor ya no es esa figura de autoridad y sabiduría a la que todos le debemos en gran parte ser lo que somos. No, ahora ya no tiene autoridad, se le cuestiona sus conocimientos y, sobre todo, se enfrenta a la sociedad por sus vacaciones.
El PP sigue la senda de algunas autonomías que ya se pronunciaron sobre la intención de que los profesores trabajaran en julio. Parece ser que no se tuvo en cuenta que los profesores tienen descontado de su retribución anual el importe correspondiente a ese mes extra de vacaciones. ¿Les piensan reajustar el sueldo a ese incremento horario?
Pero, al margen de los profesores, el problema sociológico viene por el lado de los alumnos. Si los que han fracasado durante el curso han de trabajar un mes extra para intentar recuperar posiciones, ¿cómo conseguirán que no vean la educación como castigo? Si la medida se extiende a todos los alumnos, se confirmará el uso de las escuelas como lugar de aparcamiento de los niños dentro de la difícil conciliación de la vida profesional y personal en España.
Y, lo que es peor, les robamos a los niños las vivencias y sensaciones del largo verano de la infancia que los demás hemos disfrutado. Todo para que no hablemos de la maldita prima. Un fracaso de verano.

1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo con el post de esta semana. Sobre todo porque lo estoy viviendo mu de cerca y la verdad es que cada día flipo más con la demonización del profesorado... ¡qué tiempos aquellos en los que se les admiraba y respetaba! Por el bien de nuestros niños espero que ese tiempo no tan lejano vuelva algún día.

    ResponderEliminar