miércoles, 24 de junio de 2015

Un segundo más

El último minuto del 30 de junio tendrá un segundo más. Con esa noticia me he tomado hoy el café y esta es la hora en la que no sé si esto es meramente banal o si realmente tiene alcance en la escala temporal humana.

Porque un segundo no es nada. El tiempo justo para teclear tres o cuatro letras en un momento de inspiración máxima. Tomar una bocanada de aire. Pestañear. No acabar de percibir conscientemente una imagen subliminal. En fin, poco más que nada.

Pero luego lo piensas de otra manera y un segundo puede ser mucho más. Las decisiones más importantes de la vida se toman en apenas ese tiempo y a veces sin pasar el filtro de la razón. La diferencia entre devolver un beso o apartarse en el último momento puede cambiar el curso de una relación. Decir sí y asentir o no y negar no requiere ni siquiera ese segundo, por muy trascendental que sea la pregunta planteada. Tener o no tener un accidente es algo fortuito que sucede o no en apenas ese segundo, aunque su alcance probablemente cambie nuestra vida.

Acordarte o no de dejar programada la lavadora puede ser la diferencia que marque si mañana te sentirás seguro o un poco incómodo en esa entrevista de trabajo. Dar un portazo y que queden las llaves dentro y tú fuera.

Coger aire y atreverte a decir justo eso que te está quemando por dentro y que hace meses que te bloquea. Coger aire y no decir justo eso que te hubiera hecho comprobar que eres esclavo de tus palabras.

Y, así, un millón de cosas. Nimias o trascendentales.

Visto así, en realidad nuestra vida se juega en unos cuantos segundos decisivos en los que el valor, la cobardía, el impulso, la prudencia, la osadía o el miedo nos hacen tomar un camino u otro sin que en ese momento tengamos conciencia real de lo trascendental que ese segundo va a ser para el resultante final llamado vida.

Sí, visto así, no hay que desaprovechar la oportunidad y habrá que prepararse bien ese segundo extra para, con consciencia, devolver el beso, hacer la confesión o elegir, por fin, el silencio.

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